Como es costumbre en diversificado hacen algún tipo de acto de beneficencia por parte de los colegios esta vez en el grupo nos llevaron a una escuela que se encuentra junto a un rio en Chinautla, al ser mi primera vez iba a una excursión de ese tipo estaba emocionado, el proyecto de nuestra clase era pintar las aulas y decorarlas para que fuera clases más llamativas y atractivas paras los niños de la zona y colocar un pabellón en su asta, todos llegamos con muda de ropa y sentíamos un calor intenso dentro del bus, al llegar llegamos a un pueblo el suelo era de tierra encontrabas perros por todas partes, una gran cantidad de basura por todos lados, bolsas de ricitos, bolsas de comida, papel periódico, botellas de plástico, vidrio y mucha tierra seca. Para poder llegar a la escuela el bus tenía que parquearse a la oria del rio, una cantidad de olores que salían del rio, un rio sucio con olor a desechos fecales, luego de pasarlo llegamos a la escuela un pequeño edificio de dos pisos en el notamos muchas ventanas rotas por ser horario de clases todos los niños se encontraban dentro, nosotros como primera labor empezamos a pintar el patio de juegos creando patrones y siluetas, decoramos toda la pared del patio, al finalizar los niños empiezan a salir, entusiasmados al vernos trabajar empiezan a rodearnos y jugar, veo niños que llevan un uniforme simple, algunos niños llegan con zapatos otros salen con sandalias.
A la hora de recreo otro grupo aprovecho y saco refacciones para darles a cada uno de los niños, panes con jamón y queso, una bolsita de papas fritas y una cajita de incaparina, mientras comen el grupo de electrónica aprovecha y crea un mini escenario para deleitar a los niños con una pequeña obra que tenían planeada, sacan bocinas y empieza la música.
Entramos a las clases apenas si estaban decoradas eran paredes de ladrillo sin ningún tipo de estímulo visual, empezamos a pintar cada una de las clases con colores más vivos, azul, amarillo y colores pastel.
Aproximadamente a las 1:00 los niños empiezan a irse pero antes de que se fueran les teníamos otra sorpresa, a cada uno se les dio un estuche lleno con todo tipo de útiles escolares y un cuaderno, ver la ilusión con que esos niños tomaron los cuadernos es indescriptible, cosa que yo de pequeño hubiera refunfuñado pero ellos no, estaban tan contentos de ver cuadernos y lápices. Una muy grata experiencia porque nunca había conocido otros modos de vida fuera de la capital.
Att. Dante Izquierdo