Muchos lo han intentado por el camino y todos han fracasado. La realidad virtual en el campo de los videojuegos nunca se ha asentado, principalmente por un motivo tecnológico, pero Oculus Rift tiene un objetivo entre ceja y ceja: poner la tecnología
al alcance de las grandes audiencias a un precio asequible y que sea
capaz de sumergir al jugador en una experiencia completamente
desconocida hasta la fecha.
Pero, además, los juegos han dado un salto hacia el fotorrealismo
que contribuye a conseguir esa sensación de inmersión. La llegada de
las pantallas de alta definición supuso un empujón que se vio patente en
la generación de PS3 y Xbox 360 y se va a acentuar en la presente,
liderada por PS4, Xbox Live y PC.
Más allá del debate sobre si los videojuegos tienen más o menos calidad
en la actualidad, el hecho es que a nivel de inmersión nunca han estado
en mejor momento.
La expectación creada por el Oculus Rift es
tal que Cliff Bleszinski, uno de los creadores de 'Gears of
War', invirtió en la compañía cuando todavía estaba dando sus primeros
pasos y John Carmack, leyenda de la industria y creador, entre
otros de 'Quake' o 'Doom',
se ha unido a la compañía como responsable tecnológico.
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